lunes, 2 de septiembre de 2013

Septiembre.

Camino
Supongamos que a dejado de llover, que la tarde acogedora que mostraba la lluvia a cesado, ya no huele a humedad, se ven los primeros rayos de sol. Supongamos que te encanta el sol, que te gustan los rayos cálidos, después de una gran tormenta.
Pero no es así, la lluvia siempre a sido tu mejor aliada, tu modo de escape, la excusa perfecta para poder estar fuera contemplándola dándote el tiempo necesario de pensar, meditar y contactar contigo mismo. Cada trueno, un estallido en tu interior, descargando esos malos
pensamientos y sentimientos. Cada gota que choca contra el suelo y poco a poco se convierte en charcos, cada vez mas grandes son para ti,
como la vida misma, un día tras otro, haciéndote mas sabio a medida que ese charco de dias se va agrandando. 
Tal vez lo único que te gusta del final de la tormenta, es la sensación de alivio.